Inició el año y con este muchos propósitos en mente, entre ellos uno de los más recurrentes es el querer bajar de peso.
Hay quienes prometen una mejor salud con cambios radicales en muy poco tiempo: entre ellos se encuentran pastillas, polvos, bebidas entre otros productos “milagro” o planes de ejercicio extremos con el único fin de bajar el número que vemos en la báscula. Pero cuidarnos no significa dejar de comer sino aliarnos con los alimentos y hábitos que nos hagan sentir mejor y nos ayuden a estar saludables.
Aunque suene lógico, para recibir la energía necesaria para llevar nuestras actividades diarias hay que optar por la comida más natural posible, rica en vitaminas, minerales y fibra.
En lugar de dietas o medidas extremas que solo harán que después de unos meses quizá recuperemos todo el peso perdido, el enfoque debe ser más saludable a nivel físico, emocional y mental.
El número en la báscula: ¿sobrevalorado?
En la nutrición el peso pierde relevancia ya que no nos aporta mucha información – el cuerpo es un organismo tan complejo que sería demasiado sencillo describir la salud de una persona por el número reflejado en la báscula. El número no nos habla del porcentaje de grasa, del porcentaje de músculo, sobre cómo están los niveles de bioquímicos como colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre. Tampoco nos habla de la relación que tenemos con la comida, la relación con nuestro cuerpo o sobre nuestra salud mental. Por ello, el peso no describe la salud de una persona.
No se trata de perder peso, se trata de ganar salud; pequeños cambios en nuestros hábitos nos pueden acercar a una vida más saludable
La nutrición es la ingesta de los alimentos en relación con las necesidades alimentarias del organismo de manera individual. Una buena nutrición es diferente para cada quién considerando que la alimentación debe ser:
suficiente de modo que no nos quedemos con hambre; completa ya que nos debería de aportar todos los macro y micro nutrientes, necesarios para que no tengamos ninguna deficiencia de vitaminas o minerales en el cuerpo. Adecuada a nuestra economía, rutinas y horarios, lugar en el que vivimos y actividades que hacemos día con día.
En el caso ideal, nos aporta la energía necesaria de manera balanceada – esta proveniente de los macro nutrientes (carbohidratos, proteína y grasas). Además de ser rica en variedad de alimentos y de preferencia de temporada y regional. Y por último inocua, lo que quiere decir, que esté libre de bacterias o sustancias que puedan hacernos daño.
Existen diferentes grupos de alimentos, los más importantes son cereales, alimentos de origen animal y leguminosas así como las grasas, frutas y verduras. El secreto aquí reside en conocer los grupos de alimentos así como qué alimentos pertenecen a cada uno. Así sabremos qué es lo que nos aportan y lograremos una alimentación más completa y variada
En lugar de tomar las medidas drásticas descritas al principio, busquemos cultivar hábitos sostenibles que perduren. La nutrición va más allá que bajar de peso, es una ciencia enfocada en la salud de cada persona – idealmente da información nutricia en diferentes etapas, momentos, circunstancias y patologías. Todo en conjunto parte de una forma de vida saludable
Este artículo abre mi serie dónde descubrirás algunos hacks sobre la alimentación sana y te darás cuenta como con pequeños cambios de hábitos y las recetas indicadas, puedes elevar tu nivel de salud con todo lo que ya tienes a tu alcance.
Sin embargo, no es una solución universal ya que cada persona es diferente. Una o un especialista en nutrición nos puede apoyar si: queremos aprender de porciones, comer de manera balanceada, mejorar nuestros hábitos alimenticios a la medida; si por ejemplo nos llama la atención cambiar nuestra alimentación a una más basada en plantas y vegetales; o finalmente si nos interesa mejorar nuestra relación con la comida.
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Cierto! Me parece que lo más importante es la relación que tenemos con la comida.