La tecnología aplicada para favorecer y simplificar la vida de las personas ha tomado un auge en las últimas décadas. Empresas vanguardistas y pioneras en este ramo como Microsoft, Apple o Samsung se han dado a la tarea para que dispositivos pequeños ofrezcan una amplia gama de herramientas en la palma de la mano o alrededor de la muñeca – esto nos permite la entrada a un mundo informativo, conectado y globalizado.
Artículo: Alberto Estrada
Portada: Fabian Albert, Unsplash
Casi todas las civilizaciones antiguas, como la egipcia, utilizaban diferentes instrumentos para medir el transcurso del día con la ayuda del Sol – pero ¿en qué punto el reloj evolucionó hasta convertirse en algo más que un artilugio para medir el transcurso del tiempo?
Más allá de contestar una llamada, un mensaje o un mail, como lo haría cualquier celular, las apps del reloj inteligente principalmente se enfocan a los temas de salud, fitness y productividad. Esta útil herramienta además de brindar la hora también sincroniza la vida moderna
Cuando se habla sobre los smartwatch, la primera compañía en el imaginario popular que salta a la mente es Apple, la empresa fundada por Steve Jobs y Steve Wozniak en 1976. Hoy se ha posicionado como la marca emblemática en cuanto a dispositivos móviles aunque no fue la pionera en su fabricación.
En 2019 el Apple Watch alcanzó las 14 millones de unidades vendidas, de acuerdo con un estudio realizado por Strategy Analytics. Esto representa casi la mitad del volumen de venta en relojes inteligentes.
Pero ¿cómo se llega a ser el productor más grande de relojes a nivel mundial en tan solo cinco años? A continuación te mostramos el largo camino del smartwatch antes de que llegara a ser un objeto codiciado en tiendas alrededor del mundo.
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Relojes espaciales – El precursor del smartwatch
En sus comienzos, el smartwatch no se ideó para estudiantes o trabajadores de una oficina sino para aquellas personas que laboran fuera de este mundo: los astronautas.
Alejandro Castillo, director general de Timex Group México, detalló que desde 1990 desarrollaron, junto con Microsoft, el Data Link, un reloj inteligente para usarse en misiones espaciales y el cual se lanzó al mercado en 1994.
En una entrevista realizada por Dinero Imagen, Castillo relata que el Data Link guardaba la bitácora de los astronautas, pues en el espacio la movilidad representa ciertos retos. Ayudaba a los usuarios a llevar un registro de su alimentación, hidratación y les recordaba la hora de dormir. Adicionalmente tenía la capacidad de guardar hasta 150 números telefónicos, entre otras funciones.
Debido a su utilidad se convirtió en un éxito, por lo que la NASA lo certificó como un reloj inteligente que podía funcionar dentro y fuera de la Tierra. A pesar de su relevancia no tuvo la aceptación popular, lo que ocasionó que se dejara de distribuir. Este hecho marcó el comienzo de la carrera digital para condensar varias funciones que harían la vida más fácil y pavimentó el camino para lo que se convertiría en el ‘boom’ varios años después.
Aunque fue en los 90s cuando se conoció y se le encontró una utilidad real, el concepto de smartwatch ya había tenido su aparición en relatos de ciencia ficción: fue en el cómic de Dick Tracy en los años 30, donde el personaje principal se comunicaba con la estación de policía con un reloj-teléfono. Esta relación, inusual para su tiempo, marcaría las bases de esta dupla digital.
Seiko Watch TV
Pero habrá que recordar que por el año de 1982, la empresa japonesa de relojes Seiko lanzó el Watch Tv, un reloj inteligente que no presentaba las características antes mencionadas. Lo que atrajo la atención mundial fue que en su pantalla se podían reproducir canales de televisión además de incorporar estaciones de radio – su durabilidad era de cinco horas con baterías doble AA.
Fue tanta su popularidad,que al siguiente año hizo su debut en la gran pantalla: James Bond, en la piel del actor Roger Moore, utilizaría este genial invento en la película de ‘Octopussy’.
Su entrada al séptimo arte fue tan bien recibida que en 1987 volvió aparecer en la gran pantalla, pero ahora en la muñeca de Tom Hanks en el largometraje de ‘Dos sabuesos despistados’.
Como pasó con el Data Link, el Seiko Tv fue muy popular, pero por su complejidad (necesitaba una gran cantidad de cables para funcionar, además de lo incomodo para usar y llevar) complicaron su venta al público. De igual manera, sus creadores estuvieron orgullos por el avance tecnológico que representó: la pantalla de cristal (LCD).
Nuevos rivales y un mercado flojo para el reloj inteligente
La misma empresa nipona continuó desarrollando un reloj cada vez más inteligente con las funciones que abarcaban correo de voz y servicio de información dando así inicio a la revolución digital alrededor de la muñeca. Su mayor rival sería la estadunidense Apple, que empezaba su desarrollo y camino al liderato con nuevos gadgets.
Ante la presencia de cada vez más gigantes tecnológicos en la carrera, uno más hizo su aparición: Samsung. La surcoreana primero entró al selecto mundo de los celulares inteligentes cuando, junto con la entrada al nuevo mileno, presentaron su primer reloj-teléfono.
A este ritmo Microsoft introducía el SPOT en 2003, un reloj que por primera vez era capaz de mostrar contenido en internet. Con todo el avance que presentaban los nuevos dispositivos de Microsoft, volvió a repetirse la misma historia que con las versiones anteriores: fracasaron ante el poco interés de la gente, motivo por el cual detuvieron su producción.
Ante la nueva ola de innovaciones y con un campo fértil para los nuevos competidores emergieron empresas como Pebble, en 2012, que lanzó un reloj compatible con el smartphone.
Frente a la buena respuesta y superando las expectativas financieras empezó una mayor producción de estos modelos. Además compañías como Samsung, Sony, Qualcomm y Motorola lanzaron sus propios modelos. Así arrancó la carrera para desarrollar el mejor reloj inteligente.
“One More Thing…”
Fue en Septiembre de 2014 cuando se dio a concer un nuevo competidor en el mercado. Al final de la presentación del iPhone 6, Tim Cook repetió las palabras de su predecesor Steve Jobs: “Una cosa más…” dando a conocer la primera generación del Apple Watch.
A pesar de las críticas y el escepticismo el reloj de Apple arrazó con sus competidores, afianzando su presencia y su marca como la líder en este ramo de la tecnología. Según una encuesta de Strategy Analytics, en 2019 Apple distribuyó 31 millones de relojes a nivel mundial; en comparación, la industria de relojes suizos logró distribuir 21 millones de relojes en el mismo periodo.
Pero, ¿qué hace al smartwatch tan especial? Para empezar, Apple logró una excelente conectividad entre el reloj inteligente y el smartphone. De igual manera que lo hace con sus teléfonos, dotó al reloj con un universo propio de apps disponibles para sus usuarios.
Las constantes mejoras técnicas que le empresa de cupertino le agregaba al dispositivo mantuvieron la euforia por el producto: desde la medición del ritmo cardíaco, sensor de movimiento, altímetro, GPS y radio móvil integrada, hasta funciones médicas como un electrocardiograma.
Otra peculiaridad del Apple Watch es su forma cuadrada que facilita le reproducción de mensajes y correos en la pantalla. En conjunto, la empresa californiana logró crear un producto más que, al igual que los smartphones, refleja un estilo de vida con el que lo usuarios se identifican. A los cinco años de haber lanzado el Series 1, Apple se convirtió en el mayor productor de relojes inteligentes en el mundo.