Este 19 de noviembre Pfizer y BioNTech actualizaron los resultados de su vacuna contra covid-19, alzando la eficacia a un 95%. Las empresas realizaron un estudio a 43 000 personas durante la fase clínica III.
Noviembre ha sido un mes lleno de sorpresas en el ámbito científico, sobre todo en temas relacionados a la pandemia: Apenas el pasado 9 de noviembre, Pfizer y BioNTech anunciaron una eficacia inicial del 90% en su vacuna contra covid-19. Sin embargo, los números que publicaron aún estaban inconclusos, ya que faltaban datos escenciales para dar veracidad al estudio.
Mientras tanto, el pasado lunes 16 de noviembre, la empresa de biotecnología estadunidense Moderna demostró contundentemente que su vacuna cuenta con una eficacia del 94.5%: la empresa respaldó el anunció con los resultados de un estudio realizado a 30.000 personas, mismos que fueron corroborados por un panel independiente de revisión.
Las vacunas están siendo desarrolladas por dos empresas: Por un lado se encuentra el gigante farmaceútico Pfizer quien desarrolla una vacuna en conjunto con la empresa alemana BioNTech, mientras que la empresa de biotecnología estadunidense Moderna desarrolla su propia vacuna junto con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
Eficacia de la vacuna contra COVID-19 en mayores de 65 años
Los excelentes resultados que, en contra de todas las previsiones, llegan como un regalo anticipado de navidad, nos llenan de esperanza y hacen de nuevo tangible una realidad o normalidad similar a la que estábamos acostumbrados antes de la pandemia.
El estudio de Pfizer y BioNTech además resalta una eficacia del 94% en personas mayores de 65 años. Esto quiere decir, que la eficacia para este grupo vulnerable es ligeramente menor al resto de la población, dando también algo de tranquilidad a las personas de la tercera edad.
“Esta es una situación excepcional y muy tranquilizadora en la que nos encontramos”, afirmó Trudie Lang para la revista Science. Lang dirige la Red de Salud Global de la Universidad de Oxford.
Vacunas de mRNA
Mientras que vacunas como la rusa Sputnik V utilizan vectores virales, las vacunas de Moderna y Pfizer, son de ácido ribonucleico mensajero (mRNA por sus siglas en inglés). “El mRNA es una secuencia de material genético con la información necesaria para que las células del cuerpo humano sinteticen una proteína específica. Las vacunas de mRNA, por lo tanto, contienen secuencias que codifican proteínas de SARS-CoV2 que el sistema inmune reconoce y contra las cuales monta una respuesta inmune específica”, nos explica la Dra. Frida Sommer, experta en Inmunología de la Universidad De Leiden en los Países Bajos.
Esta es una estrategia novedosa, ya que hasta la fecha no se ha aprobado ningún medicamento fabricado a partir de mRNA para su uso humano generalizado.
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Disponibilidad de las nuevas vacunas de Pfizer, BioNTech y Moderna contra COVID-19
A pesar de los anuncios hechos por las farmacéuticas, aún faltan pasos cruciales antes de que la vacuna llegue al público en general. Peter Hotez, investigador de vacunas en el Baylor College of Medicine, dijo para la revista Science que, pase lo que pase, la gran mayoría del público no tendrá acceso a esta o cualquier otra vacuna contra SARS-CoV2 durante varios meses.
Sin embargo, Pfizer y BioNTech afirmaron que dentro de unos días presentarán una solicitud a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos para la autorización de uso de emergencia de su vacuna. La primera reunión de la FDA para revisar las solicitudes de vacunas contra COVID-19 podría llevarse a cabo el 9 de diciembre de 2020.
“En circunstancias excepcionales como es el caso de esta pandemia, las instituciones locales encargadas de evaluar el riesgo sanitario pueden autorizar la distribución de una vacuna que no ha probado ser completamente segura pero cuya aplicación a la población general tiene beneficios significativamente superiores a los riesgos”, explica la Dra. Sommer.
Los siguientes días nos revelarán que tan rápido podría llegar la vacuna a un público en general. Independientemente de lo que pase en nuestro país vecino, las instituciones sanitarias como la COFEPRIS en México tendrán que aprobar y dar su aval a las nuevas vacunas presentadas. Aún así, esto no garantizará su disponibilidad universal en los primeros meses de producción.
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