Tiene cuerpo alargado, cuatro alas que aletean velozmente y ojos multifacetados que parecieran estar cubiertos por una red. Todos conocemos este insecto. Sin embargo, la próxima vez que te encuentres en un lugar dónde no esperes una libélula deberías de afinar tu vista, ya que podría ser una de las libélulas biónicas de la empresa Alemana Festo.
Los ingenieros e informáticos que desarrollaron este modelo en 2013 usaron materiales muy ligeros inspirándose claramente en su predecesor natural. Armado con sensores, actuadores, partes mecánicas, así como la tecnología de control y regulación, el Bionic Opter imita los movimientos de una libélula. Sus medidas son 44cm de largo por 63cm de ancho con un peso de 175 gramos.
Un año más tarde, los ingenieros de la misma empresa tomaron lo aprendido de sus proyectos anteriores para desarrollar todo un grupo de mariposas biónicas que se logran mover de manera autónoma en un espacio delimitado:
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“Las diez cámaras instaladas en el espacio captan las mariposas a través de sus marcadores de infrarrojos. Las cámaras trasladan los datos de posición a un ordenador central que coordina la mariposa desde fuera. Con la conexión en red inteligente se crea un sistema de guía y monitorización”, explican los desarrolladores del proyecto.
Desde medusas, murciélagos y arácnidos, la empresa ha replicado todo tipo de animales dotándolos de engranes y procesadores en vez de articulaciones y corazón; de una carcaza sintética en vez de piel o caparazón. Y tú, ¿qué opinas sobre el desarrollo tecnológico inspirado en la naturaleza? Deja tus comentarios abajo.