Detrás de tus Datos: Introducción

Este es el primer texto que escribo con un teclado inalámbrico. Hace tiempo que no decía: „que padre es la tecnología“. Habían pasado muchos años sin que las innovaciones tecnológicas me lograran cautivar de esta manera...

Este es el primer texto que escribo con un teclado inalámbrico. Hace tiempo que no decía: „que padre es la tecnología“. Habían pasado muchos años sin que las innovaciones tecnológicas me lograran cautivar de esta manera… Si, es cierto, muchas innovaciones lo merecen, pero algo tan simple como la capacidad de conectar un teclado inalámbrico a un tablet de otra marca y que funcione al primer intento es un gran goce. La simple sensación de estar sentado un domingo temprano en la cama, tomando un té y sabiendo que bien podría ser yo aquél desafortunado sentado frente el escritorio, recibiendo el aire frío de la habitación. Es por ello que ya no me muestro tan reacio a los adelantos tecnológicos: traen comodidad en muchos aspectos del día a día. Pero tampoco hay que caer ciegamente por cada producto “nuevo“ anclado a las nuevas tecnologías. 

Portada: Vaso Cósmico, Markus Spiske / Unsplash

Ejemplifico el caso: el otro día le ayudaba a una amiga con la instalación de la luz en un departamento al que recién se había mudado. Nuestro objetivo era conectar los cables sueltos que cuelgan desde el techo a la pieza dónde embonan los focos de luz. El departamento es un piso antiguo, pero los inquilinos anteriores habían desmontado estas piezas dejando el piso entero sin iluminación por la noche. Habíamos montado tres piezas con sus respectivos focos en total y queríamos hacer una prueba para saber si estábamos conectando el cableado correctamente. Al subir el „switch“ de la caja de energía se prendieron la luz del baño y la luz de la cocina – la luz en el cuarto de mi amiga comenzó a brillar intermitentemente, como si estuviéramos presenciando a los mismísimos Chemical Brothers en un club a las 4 de la mañana. Me morí de risa y no tenía idea de por qué estaba parpadeando esa luz. 

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Mi amiga me explicó que había instalado un „foco inteligente“ que se conecta con dispositivos externos – planeaba usar a Alexa para poder prender y apagar la luz mediante su voz desde la comodidad de su cama. Como no teníamos internet, el foco parpadeaba en un desesperado intento por conectarse con Alexa… punto menos para el foco del futuro. Lo que me preocupa aun más sobre esta tecnología es el hecho de que sistemas inteligentes como Alexa de Amazon, Siri de Apple, el asistente de Google, Cortana de Microsoft y Bixby de Samsung nos ofrecen un alto nivel de comodidad junto con la sensación de usar la más nueva tecnología. Desde hace algunos años las grandes empresas de tecnología, electrodomésticos y eléctricos nos intentan acostumbrar al “Internet de las cosas”, el famoso IoT (Internet of Things sus siglas en inglés).

Echo Dot en la comodidad del hogar. Foto por Martin Andrle / Unsplash

Y entiendo la fascinación por la tecnología, muchos de nosotros crecimos viendo películas de ciencia ficción de los 80s donde estos avances tecnológicos eran únicamente posibles gracias a efectos de cine y la imaginación de sus autores. Pero la ideas y el pensamiento de creer que todo esto algún día, en un futuro muy muy lejano, podría ser posible nos fascinaba. El día de hoy, en el año 2020, mucho de esto es posible; pero la tecnología tiene su precio. Y no me refiero al precio que pagamos por comprar un Echo Dot o un Google Home, sino el precio que el usuario además paga por utilizar estos asistentes virtuales. Muchos dirán: “ya venía instalado” o “es gratis”, sin embargo el tipo de cambio es otro. Lo que para nosotros no tiene valor alguno, cantidades exhorbitantes de información almacenada, es una mina muy valiosa para los gigantes tecnológicos, por ello el término Data Mining

¿Por cuánto tiempo guarda nuestras grabaciones Alexa? ¿A dónde va nuestra información una vez que usamos la web? ¿Qué hacen los gigantes en Silicon Valley con nuestros datos? Las respuestas a estas y más preguntas serán respondidas en una serie de tres artículos bajo el título:”Detrás de tus Datos”. Actores de la sociedad civil, expertos en informática y organizaciones que investigan el impacto de tecnologías y nuestra autonomía como individuos soportarán los temas con información y soluciones.

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Esta entrada tiene 2 comentarios

    1. Sebastian Romo

      Muchas gracias Anton, interesante el enlace a Mozilla, ya que su enfoque recae en la privacidad del usuario – por ello más adelante, en una recoplación de consejos para la privacidad en línea, recomendaremos su navegador (Firefox), entre otras soluciones. Por lo pronto, hoy publicamos la parte 3 de la serie.

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